Historia del Sóftbol
En
Puerto Rico se comienza a jugar sóftbol antes de la misma trayectoria
que marcó Estados Unidos en sus inicios. Fue en la Y.M.C.A. De San Juan
donde se juega por primera vez sóftbol en Puerto Rico bajo techo y con
el nombre de “Diamond Ball”, uno de los tantos apelativos con los que
fue conocido el sóftbol en sus orígenes. Tenemos, además,
un factor importante que influyó considerablemente a que el softbol
nuestro adquiriera una calidad superior; la presencia de jugadores en la
Isla. Gracias a la habilidad de algunos de estos jugadores y a su
disposición a participar en nuestros torneos e integrar nuestros equipos
en competencias internacionales, pudimos proveernos de lanzadores
sobresalientes hasta 1968.
San
Juan y Ponce fueron las primeras ciudades en sobresalir en nuestro
sóftbol y en organizar torneos e instalar luces en los campos. El Parque
Muñoz Rivera en San Juan, y el Parque de la Central Mercedita, en
Ponce, fueron los primeros donde se jugó bajo luz artificial. El sistema
de alumbrado del Parque Muñoz Rivera fue donado por Don Miguel Such,
quien estaba relacionado con el equipo “Bull Lines”, y el de la Central
Mercedita por la familia Serrallés, auspiciadores del equipo “Don Q”.
El sóftbol continuó tomando auge en Puerto Rico. A fines de la década del 30 un grupo de entusiastas deportistas organiza la Asociación de Sóftbol Aficionado y se nombra como
su primer presidente al cronista deportivo “Don Rafael Santiago Sosa”,
quien inmediatamente afilió la organización local a la AA en
Norteamérica propiciando así la participación de equipos nuestros en
torneos nacionales efectuados mayormente en Chicago, Ciudad Vanguardia
del Sóftbol en Estados Unidos por aquella época.
Desarrollo del sóftbol femenino 1946-1971
Nuestro
softbol femenino tuvo un comienzo más lento que el masculino a nivel
estatal y que el propio femenino a nivel nacional y mundial debido
principalmente a dos factores: el sobre-femenismo y el costrumbrismo que
veían esta actividad como una para hombres exclusivamente.
Estas barreras limitaron la participación femenina a una breve acción en 1946,
cuando se celebró un corto torneo para seleccionar un equipo que no
representase en los V Juegos Centroamericanos y del Caribe de Colombia,
1946 donde obtuvismo medalla de oro. Luego la actividad se limitó a unos
pocos intercambios locales, mayormente entre Bayamón y Ponce.
No fue hasta 1971,
luego de celebrados dos torneos mundiales, que en Puerto Rico se puede
celebrar el primer torneo local con el propósito de desarrollar
jugadoras que nos pudiesen representar en el primer CONCACAS de mujeres
que fuera señalado para ese año en el Parque de la Urbanización Summit
Hills en San Juan.
En
este otro Torneo Estatal el equipo “Universitarias”, dirigido por
George Osterman, se proclamó campeón destacándose en el mismo Carmen
Aguayo, terminando con record de 3-1, como lanzadora y bateando
para promedio de .607 con 17 hits en 28 turnos. En el primer torneo
femenino de la CONCACAS el equipo de Puerto Rico no triunfó ni una sola
vez sufriendo seis derrotas; pero quedaron sentadas las bases para un
desarrollo futuro de este deporte en el sexo femenino, como así ha
sucedido.
Desde el 1974,
las muchachas de Guaynabo han mantenido una supremacía similar a la que
ha sostenido Ponce en la rama masculina, a nivel local, naturalmente.
Las muchachas, sin embargo, han logrado traspasar con su calidad los
límites isleños para participar siempre con éxito en competencias
internacionales. Desde 1947, el sóftbol femenino consistentemente
ha sido el deporte que más medallas ha traído para Puerto Rico. El más
grande de los premios, el triunfo supremo, hasta hora, sin embargo, se
produjo en La Habana, Cuba, cuando se conquistó medalla de oro en los
XIV Juegos Centroamericanos y del Caribe, terminando nuestras muchachas
invictas con seis victorias.